"(La muerte) ha sido siempre para mi una compañera tan fiel, que a veces lamento morirme solamente porque entonces tal vez la muerte me abandone."

jueves, 8 de julio de 2010


(…) Ahora, descubría una fauna que en Cuba me era desconocida; la de los comunistas de lujo. Recuerdo que en medio de un banquete en la Universidad de Harvard un profesor alemán me dijo: "Yo de cierta forma comprendo que tú puedas haber sufrido en Cuba, pero yo soy un gran admirador de Fidel Castro y estoy muy satisfecho con lo que él hizo en Cuba".En aquél momento, aquel hombre tenía un enorme plato de comida frente a sí y le dije: "Me parece muy bien que usted admire a Fidel Castro, pero en ese caso no puede seguir con ese plato de comida, porque ninguna de las personas que viven en Cuba, salvo la oficialidad cubana, puede comerse esta comida". Cogí el plato y se lo lancé contra la pared.

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